Los llamados "kidults", adultos que compran juguetes por nostalgia y coleccionismo, representan ya cerca del 30% del total de compradores en el mercado del juguete en España y mantienen un crecimiento de doble dígito, impulsando la recuperación de un sector que se vio golpeado por la caída de la natalidad.
Según los datos de la Asociación Española de Fabricantes de Juguetes, el sector del juguete en España ha experimentado un crecimiento del 2,5% tras un desastroso 2020, en gran medida gracias a la demanda de estos adultos coleccionistas, que buscan saciar su nostalgia y pasión por determinados juguetes de su infancia.
Juan Manuel Pérez, un ingeniero técnico industrial de 63 años, es un claro ejemplo de este fenómeno. Pérez, que trabajó durante años en una multinacional del sector automotriz y ahora dirige su propia empresa de venta de vehículos de segunda mano, es un apasionado coleccionista de coches de Scalextric, una afición que le acompaña desde su infancia cuando recibió su primer set como regalo de Reyes.
"El por qué sigues comprando coches de mayor habría que preguntárselo a los psicólogos, pero probablemente yo intuyo que porque no tenías los que querías de pequeño. Aunque no te faltaba de nada, pero salía uno y no lo podías tener. Y en el momento que empiezas a tener algo de capacidad económica, y te vuelves loco", explica Pérez.
Este tipo de coleccionistas, que buscan recapturar la emoción y la nostalgia de su niñez a través de la compra de juguetes, han ganado un peso significativo en el mercado, representando ya cerca del 30% de las ventas totales del sector.
La Asociación Española de Fabricantes de Juguetes señala que, en un escenario de descenso estructural de la natalidad, las empresas han tenido que adaptar su oferta para consolidar categorías como las construcciones, los juegos de mesa o los coleccionables, dirigidos a este nuevo perfil de comprador adulto.










