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Tesoros precolombinos de Costa Rica dispersos en el mundo: El desafío de la repatriación

Tesoros precolombinos de Costa Rica dispersos en el mundo: El desafío de la repatriación

A finales del siglo XIX, cuando el ferrocarril al Atlántico cambiaba Costa Rica para siempre, dos hombres de piedra aparecieron en unas excavaciones en lo que ahora se conoce como el sitio arqueológico Las Mercedes, en Guácimo de Limón. Estas figuras, de aproximadamente 1,80 metros cada una, captaron la atención del antropólogo sueco Carl Vilhelm Hartman, quien las llevó a Estocolmo, donde han permanecido durante casi 125 años en el Museo de Etnografía.

Este no es el único caso de piezas de la Costa Rica precolombina que por distintas razones han terminado en otros países. Según un recuento del Departamento de Protección del Patrimonio Cultural del Museo Nacional, se han ubicado 182 bienes, como vasijas y artefactos líticos, dispersos en nueve países y tres continentes. La mayoría de estas piezas, sorprendentemente, están al otro lado del planeta: Australia, donde hay 71 piezas.

Algunas de estas piezas pudieron haber salido del país antes de que rigiera la Ley sobre Patrimonio Nacional Arqueológico de 1982, que estableció que los objetos arqueológicos son propiedad del Estado. También se pudo dar tráfico ilícito posterior a la vigencia de esta norma.

La directora del Museo Nacional, Grettel Monge Muñoz, explica que el tema de las repatriaciones se inicia con la entrega voluntaria o bien el decomiso, y que muchos de estos casos obedecen a entregas voluntarias que hacen ciudadanos en estos países, ya sea costarricenses o extranjeros, que de una u otra forma adquirieron los bienes.

Sin embargo, el proceso de repatriación no es sencillo. Trasladar por avión o barco las piezas de gran tamaño, como las estatuas en Suecia, puede costar varios millones de colones. Actualmente, ni el Museo ni el Ministerio de Relaciones Exteriores cuentan con presupuesto para este fin, por lo que el Museo Nacional ni siquiera ha calculado los costos, pero estiman que se necesitarían mínimo $250.000 anuales para pensar en repatriaciones.

Algunas piezas de menor tamaño sí han logrado regresar con la ayuda de la Embajada de Costa Rica en el país donde están ubicadas, pero la mayoría de los bienes permanecen dispersos en el mundo. Mientras tanto, el Museo Nacional ha encontrado una forma de "traer" a los hombres de piedra a sus pasillos gracias a una impresión 3D en tamaño real, con la ayuda del museo sueco que facilitó el escaneo tridimensional.

Este caso refleja el desafío que enfrentan las autoridades costarricenses para recuperar el patrimonio cultural que se encuentra en manos de otros países. La falta de presupuesto y las dificultades logísticas han sido obstáculos importantes, pero el Museo Nacional sigue trabajando para encontrar soluciones que permitan repatriar estos valiosos tesoros precolombinos.

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