El último informe del Instituto Nacional de Estadísticas (Istat) de Italia revela una preocupante situación demográfica en el país. Según los datos actualizados al 31 de diciembre de 2024, Italia registró apenas 369.944 nacimientos ese año, el mínimo histórico desde la unificación del país a mediados del siglo XIX.
La tasa de fecundidad italiana cayó a 1,18 hijos por mujer, inferior a la de 1,20 registrada en 2023. Esto se traduce en un descenso del porcentaje de niños de 0 a 14 años, que ahora representan solo el 11,9% de la población, frente al 12,2% del año anterior.
Por el contrario, el número de mayores de 85 años aumentó en 90.000 unidades, alcanzando los 2,41 millones de personas, el 4,1% de la población total. Esto representa un logro social y médico, pero también un desequilibrio demográfico que supone un desafío para el país.
Las mujeres representan actualmente el 51% de la población residente en Italia. Mientras que hasta los 44 años prevalecen los hombres, la brecha se amplía posteriormente a favor del sexo femenino, siendo el 82,4% de los italianos centenarios mujeres.
La población del sur de Italia se redujo durante 2024 en 2,5 personas por cada mil habitantes, mientras que en el noroeste creció en 1,4 por mil, lo que muestra una tendencia desfavorable para las regiones meridionales.
Los expertos del Istat subrayan la importancia de la inmigración, con 5.371.251 residentes legales extranjeros, que ya representan el 9,2% del total de la población. Esto ayuda a aliviar los efectos del descenso demográfico en Italia.
Este preocupante escenario demográfico plantea importantes desafíos para el futuro de Italia, tanto a nivel social como económico. Las autoridades deberán implementar políticas efectivas para incentivar la natalidad y abordar el envejecimiento de la población, a fin de mantener el bienestar y la sostenibilidad del país a largo plazo.










