El equipo del presidente electo José Antonio Kast ya finalizó el diseño del plan "Desafío 90" que contiene las prioridades del republicano para los primeros tres meses de gobierno. Uno de los ejes principales será la reforma tributaria, que incluye una rebaja del impuesto a las empresas del actual 27% a un 23% (para las pymes será una tasa fija del 12,5%), un crédito tributario a las empresas para la contratación de trabajadores, la eliminación gradual de las contribuciones para los adultos mayores de 65 años y la eliminación del impuesto a las ganancias de capital en la venta de acciones de baja presencia bursátil.
La ambiciosa propuesta de Kast busca incentivar la inversión y la generación de empleo, pero enfrenta importantes desafíos de financiamiento debido a la estrechez de las finanzas públicas que heredará del actual gobierno. Según cálculos de los economistas del equipo de Kast, la rebaja del impuesto corporativo generaría una merma fiscal de alrededor de US$ 500 millones por cada punto de reducción, lo que deberá ser compensado con recortes de gasto de al menos US$ 6.000 millones en 18 meses.
Expertos advierten que el éxito de la reforma tributaria dependerá de que Kast logre demostrar un financiamiento creíble previo a la aplicación de los recortes impositivos. La credibilidad y sincronía entre la compensación fiscal y la baja de impuestos será clave, así como la capacidad de Kast para enfrentar un posible mayor desvío fiscal del previsto para 2025, lo que complicaría aún más el panorama.
A pesar de los desafíos, el equipo económico de Kast confía en que la reforma tributaria impulsará un círculo virtuoso de mayor inversión, crecimiento y generación de empleo, al tiempo que mejorará la competitividad de Chile a nivel internacional. Sin embargo, persisten dudas en torno a la eliminación del impuesto a las ganancias de capital, que podría beneficiar principalmente a los sectores de mayores ingresos.











