El artista visual venezolano Theo Guédez, residente en Suiza, presenta su segunda exposición individual en Caracas titulada "Caribe sagrado", en la que explora la riqueza espiritual y cultural de su país natal a través de una narrativa pictórica que va más allá de la representación de los paisajes urbanos.
Desde sus inicios, la obra de Guédez ha estado fuertemente arraigada a una identidad propia, que relata no solo sus orígenes, sino también un sistema de representación visual con una expresión singular. Asentado en otras latitudes, la distancia geográfica y la memoria personal le han permitido repensar y evocar una cartografía urbana y caribeña que emerge de sus propias vivencias y de una idiosincrasia cultural apegada al barrio donde creció.
En exposiciones anteriores, el artista nos introdujo a la periferia de los centros urbanos, principalmente del oeste de Caracas, haciendo visibles las particularidades de un paisaje multicultural y caótico. Nos permitió descubrir, mediante un genuino apego a sus raíces, los diversos códigos culturales que allí confluyen, para expresar la profundidad de sus contradicciones sociales y económicas, los estereotipos, la violencia y, asimismo, el profundo sentido de comunidad y arraigo que allí se percibe.
En "Caribe sagrado", Guédez trasciende la representación concreta del barrio y se adentra en la exploración del escenario y la atmósfera donde se cultivan las creencias espirituales, así como los símbolos, alegorías e iconografías populares que el artista interpreta gestualmente con su habitual y saturado colorido.
Su narrativa pictórica se amplía para transmitir y entregarnos las imágenes genéricas de una crónica sagrada instalada en la memoria individual y colectiva de una parte del territorio venezolano. El patrimonio espiritual del Caribe, derivado del sincretismo cultural que se ha transmitido por generaciones a partir de mitos, leyendas y cultos, se concilia en el simbolismo de Theo en una fusión de creencias y tradiciones que moldean la identidad popular venezolana, potenciada por los ritmos vibrantes y una naturaleza exuberante y privilegiada.
Apartado de los formalismos estéticos tradicionales, Guédez recrea un imaginario místico que también viaja con él. Este repertorio atesora un compendio de nociones que ilustran la plataforma fundacional de algunas figuras devocionales arraigadas en el contexto venezolano. Sus representaciones construyen el referente de una iconografía contemporánea que se percibe, no obstante, como un lugar mental persistente, alimentado por cultos, altares y objetos ceremoniales domésticos, vinculado a los coloridos murales callejeros.
El espectro de deidades retratadas, como las Tres potencias -la reina María Lionza, el indio Guaicaipuro y el Negro Felipe-, representan la plataforma simbólica del espiritismo local y la personificación de nuestro contundente mestizaje. Junto al fiero jaguar o los coloridos riqui-riquis, estas poderosas imágenes entrelazan al sujeto de su genealogía con una cosmogonía infinita, erigiendo símbolos de resistencia atemporales.
La actual producción artística de Theo Guédez emerge del álbum de memorias ancestrales donde conviven y se alternan sus experiencias con lo espiritual del barrio, la montaña y el mar, ofreciendo una mirada profunda y sensible sobre la riqueza cultural del Caribe venezolano.










