Tensión en Honduras por acusaciones cruzadas en el Consejo Electoral durante el escrutinio de las elecciones presidenciales

Las elecciones presidenciales en Honduras continúan envueltas en una tensa disputa entre los miembros del Consejo Nacional Electoral (CNE) mientras se realiza el escrutinio final de los votos. Marlon Ochoa, consejero del CNE y perteneciente al partido oficialista LIBRE, ha acusado a otras dos consejeras del organismo, del Partido Nacional y del Partido Republicano, de no asistir presencialmente a las reuniones y de enviar sus oficios con firmas en facsímil, lo que según él pone en duda la veracidad de sus participaciones.

Por su parte, la presidenta del CNE, Ana Paola Hall, del Partido Liberal, ha denunciado presiones contra ella y la consejera Cossette López-Osorio, y ha defendido la legalidad de las sesiones virtuales, argumentando que es "legal y normal sesionar vía virtual".

Además, Hall ha señalado que existen "sectores de partidos políticos" que buscan entorpecer el recuento de votos, el cual acumula "graves retrasos" en un "clima de intimidación contra funcionarios electorales y miembros propuestos por partidos".

Estos cruces de acusaciones se dan en medio de un ajustado escrutinio que aún continúa tras las elecciones presidenciales del 30 de noviembre. Hasta el momento, el candidato del Partido Nacional, Nasry Asfura, lideraría con el 40,54% de los votos, seguido de Salvador Nasralla, del Partido Liberal, con el 39,20%.

La tensión en el seno del CNE se produce en un contexto de lentitud en el escrutinio, que debería haber tomado en promedio 40 minutos por acta, pero que hasta el momento ha procesado solo 112 actas de las casi 2.800 con inconsistencias. Ante esta situación, la consejera López-Osorio ha acusado a Marlon Ochoa de querer "someternos a sus caprichos mediante amenazas, intimidación y el respaldo de quienes lo acompañan en esta peligrosa deriva".

La disputa entre los miembros del CNE pone en evidencia la polarización y la fragilidad del proceso electoral en Honduras, que enfrenta el desafío de concluir el escrutinio de manera transparente y confiable, en medio de un clima de tensión y acusaciones cruzadas.