En un esfuerzo por modernizar el sistema migratorio y combatir el fraude, las autoridades de Estados Unidos están evaluando la implementación de medidas más avanzadas de verificación de identidad, incluyendo el uso de pruebas de ADN en casos específicos y una expansión en el uso de herramientas biométricas.
El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) está considerando implementar un sistema más riguroso de verificación de identidad para los millones de personas que solicitan visas, residencia o beneficios humanitarios. Una de las medidas en discusión es el uso de pruebas de ADN, que se utilizarían de manera limitada para confirmar vínculos familiares en casos como peticiones I-130, adopciones internacionales o solicitudes sospechosas de fraude.
Si bien las pruebas de ADN no serían obligatorias para todos los trámites, el gobierno considera que ampliar su uso permitiría reducir falsificaciones y acelerar la toma de decisiones. Además, la propuesta también contempla analizar ciertos trámites para que se puedan completar sin entrevistas cuando la verificación biométrica sea lo suficientemente robusta.
Esta iniciativa se enmarca en un contexto de preocupación por diversos ataques perpetrados por extranjeros en Estados Unidos. Las autoridades migratorias buscan modernizar el sistema y evitar fraudes relacionados con identidad, vínculos familiares o documentos adulterados.
Un portavoz del DHS reveló que la Patrulla Fronteriza (CBP) ya está recolectando muestras de ADN de personas arrestadas por cargos criminales federales y de inmigrantes detenidos que están sujetos a toma de huellas dactilares. Esta medida se enmarca en la propuesta más amplia de ampliar el uso de herramientas biométricas en los trámites migratorios.
Si bien estas medidas podrían beneficiar a solicitantes con casos simples, también existe la preocupación de que puedan generar una dependencia excesiva en datos digitales, reduciendo el contacto humano mínimo en procesos sensibles.
En resumen, las autoridades migratorias de Estados Unidos están evaluando la implementación de pruebas de ADN y una mayor utilización de herramientas biométricas como parte de sus esfuerzos por modernizar el sistema y combatir el fraude relacionado con la identidad y los vínculos familiares de los solicitantes.












