El sindicato de porteros de edificios en Uruguay ha emitido una alerta sobre los riesgos que genera la proliferación de la vigilancia tecnológica en el sector. Según los representantes gremiales, la falta de regulación de dispositivos como tótems y cámaras está provocando la pérdida de alrededor de 1.000 puestos de trabajo a nivel nacional, afectando también a otros sectores como tiendas y estaciones de servicio.
Mario Gómez, representante del sindicato, explicó en el Parlamento que la situación se ha agravado en los últimos años, con un creciente reemplazo del trabajo humano por sistemas automatizados. Denunció que muchos de estos dispositivos, que llegan a sumar 60.000 en Montevideo, están operados incluso por personal extranjero en condiciones laborales precarias, sin descanso y sin estar debidamente registrados.
Gómez advirtió que esta situación genera importantes pérdidas para el Estado, estimadas en unos 30 millones de dólares anuales por la evasión de aportes. Además, señaló que la vigilancia ejercida por estas empresas privadas supera incluso al control del Ministerio del Interior, llegando a monitorear conversaciones de los vecinos.
Ante esta problemática, el sindicato propuso que se regule la instalación de estos sistemas tecnológicos, estableciendo impuestos y mecanismos de control más estrictos. Gustavo Fernández, de la Dirección Nacional de Fuecys, también reclamó que se aborde la situación laboral de los trabajadores que operan estos dispositivos desde el exterior, sin convenios colectivos.
Los dirigentes sindicales señalaron que han presentado estas preocupaciones ante las autoridades, y esperan que el Parlamento tome medidas para evitar que la calidad del empleo y los puestos de trabajo se vean aún más afectados por el avance de la tecnología en el sector.












