El Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe (CAF) ratificó a Sergio Díaz-Granados como presidente ejecutivo por un nuevo mandato de cinco años, en una decisión que refleja el respaldo de los países accionistas a la gestión que ha posicionado a la institución como un actor clave para impulsar la inversión y el desarrollo en la región.
La reelección de Díaz-Granados, acompañado por el vicepresidente Corporativo de Programación Estratégica, Christian Asinelli, se produjo durante una reunión del Directorio de la CAF en Ciudad de Panamá. Este respaldo abre la puerta para que el banco profundice su hoja de ruta fijada desde 2021: duplicar el tamaño de la CAF hacia 2031, fortalecer el financiamiento de infraestructura y profundizar la articulación con el sector privado como motor del desarrollo.
En los últimos cuatro años, la CAF impulsó la mayor capitalización de su historia USD 7.000 millones , mejoró sus calificaciones de riesgo y amplió significativamente su presencia geográfica, incorporando seis nuevos países accionistas, principalmente en Centroamérica y el Caribe. Esto se reflejó en un fuerte aumento de la actividad financiera, con aprobaciones anuales que superaron los USD 16.000 millones y colocaciones por más de USD 28.000 millones en los mercados internacionales.
Díaz-Granados destacó que el respaldo del directorio les permite "redoblar los esfuerzos para ser más ágiles, innovadores y cercanos a las necesidades de los países". Uno de los ejes prioritarios será elevar la participación del sector privado al 20% de las aprobaciones del banco, en línea con la meta de impulsar una mayor inversión privada para complementar el financiamiento público.
La agenda de la CAF también prevé un mayor enfoque en ciudades, la integración energética y digital, y la modernización de infraestructura, en un contexto donde el déficit de inversión oscila entre el 3% y el 5% del PIB anual en la región.
Más allá de la performance del banco, Díaz-Granados expuso un diagnóstico crítico sobre la situación de América Latina y el Caribe, con estancamiento económico, caída persistente de la inversión y un impacto social severo por la falta de oportunidades. Entre los principales desafíos, señaló el deterioro del capital humano, con cerca de 18 millones de jóvenes que no estudian ni trabajan, y la necesidad de revertir la tendencia de baja formación bruta de capital, clave para retomar el crecimiento.
En este escenario, la CAF se posicionó como un "Banco Verde" de la región, con una meta de destinar al menos el 50% de sus aprobaciones a financiamiento sostenible para 2030. La institución también jugó un rol de apoyo transitorio a países que enfrentaron choques macroeconómicos, coordinando acciones con otros bancos multilaterales.
La reelección de Díaz-Granados y Asinelli abre una nueva etapa en la que la CAF buscará consolidar su liderazgo como banco de desarrollo con escala, previsibilidad y capacidad de adaptación, acompañando a los países de América Latina y el Caribe en un momento crítico donde la inversión resulta indispensable para volver a crecer.
