El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha intensificado su retórica hostil contra Venezuela, llegando a afirmar que no descarta una guerra con la nación sudamericana. En una entrevista con NBC News, Trump declaró que "no lo descarta" cuando se le preguntó sobre la posibilidad de un conflicto bélico con Venezuela.
Esta amenaza se enmarca en una campaña del mandatario estadounidense que inicialmente se enfocaba en el narcotráfico, pero que ahora parece estar más relacionada con el control del petróleo venezolano. Trump ha ordenado el bloqueo de petroleros que entran y salen de Venezuela, e incluso ha incautado un tanquero frente a las costas del país.
Según la fuente, Trump ha justificado estas acciones alegando que Venezuela "roba petróleo, tierras y otros activos" de Estados Unidos. Sin embargo, medios locales advierten sobre las cambiantes justificaciones del presidente, que podrían conducir a un desenlace bélico.
La jefa de Gabinete de Trump, Susie Wiles, ha caracterizado al mandatario como una persona con "sed de venganza" contra sus supuestos enemigos y con "una personalidad de alcohólico" que lo lleva a creer que nada le es imposible. En este contexto, Wiles advirtió que Trump podría seguir bombardeando embarcaciones en el Caribe hasta que el presidente venezolano, Nicolás Maduro, se rinda.
Trump se ha negado a revelar si su propósito final es derrocar a Maduro, pero ha afirmado que "sabe exactamente" lo que quiere y que Maduro "lo sabe mejor que nadie". Estas declaraciones, sumadas a la retórica belicista y las acciones concretas del gobierno estadounidense, han generado una gran preocupación en la comunidad internacional.
Expertos advierten que una escalada del conflicto entre Estados Unidos y Venezuela podría tener graves consecuencias regionales e internacionales, y llaman a las partes a buscar una solución diplomática que evite un desenlace bélico.











