El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, decidió apelar la orden judicial que había revertido los recortes de más de 2.600 millones de dólares en fondos federales destinados a la prestigiosa Universidad de Harvard. Esta medida prolonga un enfrentamiento político y legal entre la Casa Blanca y una de las instituciones académicas más importantes del mundo.
De acuerdo con reportes de medios como The New York Times, la administración Trump presentó formalmente un aviso de apelación contra la sentencia emitida en septiembre por la jueza federal Allison Burroughs. Ella había determinado que los recortes aplicados por el gobierno violaban los derechos constitucionales de Harvard.
La decisión judicial había restituido los fondos, argumentando que la medida del Ejecutivo infringía la Primera Enmienda y limitaba la autonomía académica de la universidad. Sin embargo, con la apelación presentada, el conflicto entre la Casa Blanca y Harvard se mantiene abierto.
Este enfrentamiento se enmarca en la campaña de Trump contra las universidades de élite, a las que acusa de promover "ideologías de izquierda radical" y de tolerar expresiones de antisemitismo. Según la administración, Harvard debía someterse a una mayor supervisión en su plan de estudios, admisión de estudiantes y contratación de personal, con el objetivo de garantizar "diversidad de opiniones" en el ámbito académico.
Los recortes de fondos federales, que ascendían a miles de millones de dólares, habían puesto en riesgo importantes investigaciones científicas y proyectos de innovación tecnológica en la universidad, según denunció la propia institución.
La restitución de los fondos ordenada por la jueza Burroughs fue celebrada por la comunidad académica, en especial por la Asociación de Profesores Universitarios, quienes consideraron la medida del gobierno como un ataque directo a la libertad de cátedra e independencia institucional.
"Esta apelación representa solo una continuación de su campaña descarada para detener el financiamiento crítico de la investigación. Esto en un intento de disuadir a las universidades y al profesorado de participar en cualquier discurso, enseñanza e investigación que Donald Trump desapruebe", afirmó Todd Wolfson, presidente de la asociación de profesores.
Mientras Harvard ha decidido sostener una batalla legal de largo aliento, otras universidades como Columbia, Brown y Cornell han preferido llegar a acuerdos con el gobierno federal. Las conversaciones entre Harvard y la Casa Blanca se mantuvieron activas en medio de la batalla judicial, pero no se ha concretado ningún acuerdo hasta el momento.












