En un nuevo golpe a la capacidad exportadora de Rusia, el Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) ha atacado con drones aéreos un petrolero de la llamada "flota fantasma" rusa mientras se encontraba en aguas internacionales del Mediterráneo. Este es el primer ataque ucraniano en esta región contra este tipo de embarcaciones que Moscú utiliza para burlar las sanciones internacionales contra sus exportaciones de crudo.
Según las fuentes del SBU, el barco atacado es el Qendil, un petrolero con bandera de Omán que Ucrania ha identificado como parte de la flota al servicio de Rusia. El ataque se produjo cuando el buque se encontraba a más de 2.000 kilómetros del territorio ucraniano más cercano, en una clara demostración de la capacidad de Kiev para alcanzar objetivos a larga distancia.
Este tipo de ataques contra la llamada "flota fantasma" rusa, conformada por buques con banderas de otros países, busca privar a Moscú de su capacidad de exportar petróleo y financiar así la guerra en Ucrania a pesar de las sanciones internacionales. Kiev ha defendido la legalidad de estas acciones, al considerar que están dirigidas contra embarcaciones que desafían las regulaciones impuestas por la comunidad internacional.
Sin embargo, estos ataques han generado preocupación en países como Turquía, que teme que puedan provocar una escalada con consecuencias para la seguridad del tráfico marítimo en la región. El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, ha advertido que los "ataques recíprocos suponen una seria amenaza" para la navegación en el mar Negro.
Rusia, por su parte, ha respondido a estos ataques ucranianos bombardeando un barco mercante en el puerto de Odesa. No obstante, el presidente ruso, Vladímir Putin, aseguró que estos ataques "no lograrán el resultado esperado" y no interrumpirán los suministros de crudo, si bien reconoció que generarán "amenazas adicionales" a las que Moscú responderá.
Estos ataques contra la "flota fantasma" rusa en el Mediterráneo y el mar Negro forman parte de la estrategia de Ucrania para privar a Rusia de los ingresos que le permiten financiar la invasión, al tiempo que buscan enviar un mensaje de que Kiev puede alcanzar objetivos a gran distancia más allá de su territorio.
