El Congreso peruano aprobó, en primera votación, la creación de una autoridad autónoma para la administración de Machu Picchu y el Valle Sagrado. La nueva entidad, que estaría presidida por el gobernador regional del Cusco, tendría a su cargo la "gestión integral" de la icónica ciudadela inca y más de 60 monumentos arqueológicos de la zona.
La medida, sin embargo, ha generado preocupación entre especialistas y gremios empresariales, quienes advierten que podría resultar en un "experimento más ineficaz" que el actual sistema de gestión. Critican que la propuesta haya sido aprobada sin debate previo ni consulta a expertos.
Según el texto aprobado, la nueva autoridad autónoma estaría adscrita al Ministerio de Cultura, en una especie de "híbrido" que podría derivar en conflictos de competencias y falta de coordinación entre los diferentes niveles de gobierno.
Cabe destacar que Machu Picchu se encuentra actualmente en observación por parte de la UNESCO, que ha dado al Perú hasta el 2026 para subsanar diversas observaciones, como el exceso de aforo en la ciudadela. Expertos señalan que el problema no se resuelve creando nuevas entidades, sino con mayor profesionalismo en la gestión.
El proyecto de ley deberá ser sometido a una segunda y definitiva votación en la Comisión Permanente del Congreso. Diversos gremios empresariales y colegios profesionales se han opuesto a la medida, argumentando que requiere ajustes significativos o, incluso, que debería ser archivada.












