El expresidente de Bolivia, Luis Arce, encarcelado desde hace casi una semana por un delito de corrupción, ha criticado duramente desde la cárcel las medidas económicas impulsadas por el Gobierno actual. En una carta manuscrita difundida a través de redes sociales, Arce arremetió contra la eliminación de la subvención a los hidrocarburos, calificándola de "crimen" contra la población y las "familias más humildes del país".
Según Arce, esta decisión supondrá una "fuerte subida de los precios" del combustible, tanto en áreas rurales como urbanas, lo que "castiga directamente a los trabajadores asalariados y no asalariados". El exmandatario boliviano lamentó que esta medida "pudo haberse hecho de diferente manera" para tener un "menor impacto social" y que debió someterse a referéndum o a un "amplio debate parlamentario y social".
Arce también cuestionó las medidas de compensación anunciadas por el Gobierno actual, al considerarlas "insuficientes frente al alza del precio de los combustibles". El expresidente afirmó que las políticas económicas del Ejecutivo "repercutirán directamente en los precios al consumidor, derivando en un aumento drástico de la tasa de inflación".
La carta de Arce desde la cárcel evidencia la profunda división política y económica que atraviesa Bolivia. El exmandatario, encarcelado por un delito de corrupción, se erige como una voz crítica frente a las medidas del Gobierno actual, al que acusa de tomar decisiones que "castigan" directamente al pueblo boliviano.
Este conflicto entre el Gobierno y el expresidente encarcelado se produce en un momento de gran inestabilidad política y económica en Bolivia, con una inflación que alcanza niveles récord y un descontento social creciente. La carta de Arce desde la cárcel busca posicionarse como una voz alternativa y denunciar lo que considera abusos del Ejecutivo en perjuicio de los ciudadanos.











