Venezuela se encuentra sumida en una crisis devastadora, producto de los ataques sistemáticos y despiadados del régimen de Nicolás Maduro. En lugar de gobernar para el bienestar de su pueblo, Maduro ha convertido al país en un campo de batalla, bombardeando instituciones, derechos humanos, la economía y la moral de los venezolanos.
La denuncia del exalcalde de Caracas, Antonio Ledezma, es contundente: Maduro no enfrenta a enemigos extranjeros, sino que ha desatado una guerra contra su propio pueblo. Las "bombas" de Maduro son las de la corrupción, la opresión y la destrucción de todo lo que alguna vez fue orgullo de Venezuela.
Maduro ha reducido a escombros las instituciones, convirtiendo al país en una tiranía donde no hay equilibrio de poderes, sino obediencia forzada y miedo. Ha golpeado a las Fuerzas Armadas, quitándoles el honor y sometiéndolas a los intereses del narcotráfico y la corrupción.
Los derechos humanos han sido brutalmente bombardeados, con miles de venezolanos detenidos arbitrariamente, torturados, desaparecidos y ejecutados extrajudicialmente. La diáspora de más de 8 millones de exiliados es el saldo humano de esta ofensiva.
La economía también ha sido víctima de los ataques de Maduro. La industria petrolera, orgullo nacional, yace en ruinas, mientras que el Banco Central y la moneda han sido dinamitados, generando una inflación devastadora.
Incluso los servicios públicos han colapsado, dejando a Venezuela sumida en la oscuridad, la sed y la enfermedad. La propiedad privada también ha sido arrasada por las expropiaciones y confiscaciones del régimen.
Pero a pesar de este panorama desolador, aún queda esperanza. Líderes como María Corina Machado y Edmundo González han logrado levantar un escudo moral y democrático para proteger la voluntad popular y mantener viva la victoria obtenida en las elecciones de 2024.
Maduro podrá seguir lanzando sus bombas de miedo, miseria y propaganda, pero el pueblo venezolano ya ha despertado y está dispuesto a desactivar hasta las armas más letales. Venezuela está en pie de lucha contra la tiranía.
