El reciente censo agropecuario realizado en la provincia del Guayas, Ecuador, ha arrojado una serie de datos relevantes sobre la situación del sector rural. Si bien se identifican importantes desafíos, también se vislumbran oportunidades que deben ser aprovechadas para impulsar el desarrollo del campo.
Uno de los hallazgos más significativos es la predominancia de hombres (65%) dedicados a las actividades agrícolas, así como la presencia mayoritaria de población montuvia (58%) y mestiza (41%). Esto refleja la composición demográfica de las zonas rurales. Sin embargo, preocupa el limitado acceso a la educación, con solo el 18% de los productores habiendo alcanzado la secundaria y apenas el 11% el bachillerato.
En cuanto a la tenencia de la tierra, el 68% de los productores son propietarios de sus parcelas, mientras que el 17% las arrienda y el 12% las ha heredado. Esto sugiere una estructura de propiedad relativamente estable, aunque también indica la necesidad de facilitar el acceso a la tierra para quienes no la poseen.
Respecto a los cultivos, el arroz ocupa el 23% del suelo cultivable, seguido del cacao (13%), caña de azúcar (8%), banano de exportación (7%) y cacao CCN51 (5%). Esta concentración en pocos productos evidencia la poca diversificación agrícola, lo que expone al sector a mayores riesgos ante fluctuaciones de precios o cambios en la demanda.
Otro dato preocupante es que solo el 2% de los productores realiza análisis de suelo, lo que incide en el bajo aprovechamiento del terreno y en reducidos niveles de productividad por hectárea. Asimismo, el 51% de los productores aún utiliza la quema, con los consecuentes impactos ambientales negativos.
En cuanto a la infraestructura y servicios, el 90% de los productores carece de infraestructura básica y enfrenta dificultades para colocar su producción. Además, solo el 4% accede al sistema público de riego, reflejando un limitado acceso al agua.
Sin embargo, no todo son malas noticias. El crecimiento de las exportaciones de banano, café y cacao evidencia una tendencia positiva que debe ser aprovechada. Para ello, se requiere una acción articulada entre los actores del sector, con mayor inversión en infraestructura, tecnología, riego, semillas, agroindustrialización, capacitación, financiamiento, mejora logística, reducción de la contaminación y promoción de productos con potencial exportable.
De esta manera, el sector agrícola podrá superar los desafíos identificados en el censo y aprovechar las oportunidades para impulsar el desarrollo rural y mejorar las condiciones de vida de quienes dependen de esta actividad.












