El abogado José Antonio Kast, candidato de la derecha, se impuso en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de Chile con un contundente 58,16% de los votos, derrotando a la candidata de izquierda Jeannette Jara, quien obtuvo el 41,84%.
Este triunfo arrollador de Kast se explica por tres factores clave: el miedo de la población a la delincuencia, a la inmigración descontrolada y al estancamiento económico. Durante su campaña, Kast hizo de estos temas sus prioridades, prometiendo mano dura contra los delincuentes y la expulsión de inmigrantes irregulares, especialmente venezolanos.
A diferencia de su anterior candidatura en 2021, cuando defendía posturas más conservadoras en temas valóricos, esta vez Kast adoptó un discurso más pragmático y centrado en la seguridad y el orden. Esto le permitió atraer el apoyo de figuras más liberales como el diputado Johannes Kaiser, quien se posicionó a su derecha en la primera vuelta.
La derrota de Jara, quien representaba la continuidad del gobierno de Gabriel Boric, también se explica por el "voto castigo" contra la administración saliente, percibida por muchos como ineficaz y poco responsable. Además, su militancia comunista le restó votos, especialmente en las comunas más acomodadas y en el mundo rural.
Si bien Kast no fue un fenómeno en sí mismo, obteniendo solo el 23% en la primera vuelta, logró consolidar un amplio apoyo de la derecha tradicional y los sectores más liberales, lo que le permitió imponerse de manera contundente en el balotaje.
Ahora, Kast deberá enfrentar el desafío de gobernar una economía que exhibe un panorama mixto, con inflación controlada pero crecimiento moderado y un mercado laboral débil. Su promesa de mano dura y expulsión de inmigrantes irregulares será puesta a prueba en los próximos años.
