El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó una orden ejecutiva que reclasifica la marihuana como una droga menos peligrosa, con el objetivo de facilitar investigaciones médicas. Si bien el cannabis seguirá siendo ilegal a nivel federal para uso recreativo, esta medida representa un cambio histórico en la política federal sobre el cannabis en el país.
Durante el acto en la Oficina Oval, Trump aclaró que "Esta orden no legaliza la marihuana de ninguna manera. Se trata de reconocer que puede tener aplicaciones médicas legítimas cuando se administra con cuidado". La reclasificación saca a la marihuana de la Lista I donde se encuentra la heroína y la ubica en la Lista III, junto a sustancias como la ketamina.
Esta medida permitirá a las empresas legales de cannabis acceder por primera vez a deducciones federales por gastos comerciales, lo que podría traducirse en mayores inversiones o precios más bajos para los consumidores. Además, Trump anunció un programa piloto que ofrecerá hasta 500 dólares anuales a adultos mayores inscritos en Medicare para la compra de productos con CBD, un compuesto no psicoactivo usado para tratar epilepsia y otros padecimientos.
Trump destacó el potencial del cannabis como alternativa a los opioides para aliviar dolor crónico, náuseas, ansiedad y efectos secundarios de tratamientos oncológicos. Sin embargo, advirtió que su abuso recreativo "puede arruinar vidas", manteniendo la prohibición federal del uso recreativo.
Defensores de la reforma celebraron la medida, aunque señalaron que aún quedan pendientes temas como la protección bancaria para empresas del sector y cambios profundos en justicia penal. Actualmente, 24 estados y Washington DC permiten el uso recreativo, mientras otros 16 autorizan el uso médico.
Con esta decisión, Trump cumple una promesa de campaña y marca un cambio histórico en la política federal sobre el cannabis, impulsando la investigación y el acceso médico sin eliminar la prohibición federal del uso recreativo.
