Las redadas migratorias llevadas a cabo por la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE) en Estados Unidos están teniendo un fuerte impacto en los negocios hispanos, especialmente en el sector de la restauración. Casos como el del emblemático restaurante Taco Giro en el sur de Arizona, que se vio obligado a cerrar siete de sus diez locales tras la detención de 46 trabajadores, evidencian los graves problemas a los que se enfrentan estos comercios.
César Rodríguez, director de operaciones de Taco Giro, explicó que la redada sorpresiva de agentes armados de ICE les dejó sin el 10% de su personal de un momento a otro. Contratar y capacitar a nuevos trabajadores les está llevando mucho tiempo, ya que incluso los inmigrantes con ciudadanía temen ser víctimas de estas acciones, no por ellos mismos, sino por familiares indocumentados.
Casos similares se han dado en otros negocios hispanos de la zona, como el Beef Master Meat Market, cuyo propietario, Marco Antonio López, tuvo que recurrir a la ayuda de su esposa e hijos para sacar adelante el negocio después de que sus empleados no se presentaran a trabajar tras la visita de los agentes de ICE.
Más allá de la pérdida de personal, estos negocios también deben hacer frente a elevados gastos legales y sanciones por parte del Gobierno federal, que en algunos casos amenazan con multas que podrían llevarlos a la quiebra.
Según los testimonios recogidos, las redadas no solo afectan a los trabajadores indocumentados, sino que también generan miedo y desconfianza entre la clientela hispana, que teme volver a ser testigo de nuevas intervenciones de ICE en estos establecimientos.
