El Gobierno de Bolivia anunció este jueves que la subvención a los combustibles, que representaba una pesada carga para las finanzas públicas, será eliminada. Según las autoridades, el monto proyectado para cubrir este subsidio en 2026 era de 3.500 millones de dólares, equivalentes al 6,4% del Producto Interno Bruto (PIB) del país.
El ministro de Economía y Finanzas Públicas, Marcelo Montenegro, señaló que la subvención a los carburantes "era una enfermedad" que se debía resolver. "La gente estaba consciente de que el subsidio es insostenible en el tiempo", afirmó el funcionario.
La decisión de eliminar los subsidios a los combustibles forma parte de un paquete de medidas económicas impulsadas por el Gobierno del presidente Rodrigo Paz, con el objetivo de sanear las finanzas públicas y reducir el déficit fiscal. Según las autoridades, el costo de mantener estos subsidios se había vuelto insostenible para el Estado.
Analistas económicos han respaldado la medida, argumentando que los subsidios beneficiaban principalmente a los sectores de mayores ingresos y distorsionaban los precios de mercado. Sin embargo, sectores populares y de transporte han expresado su preocupación por el impacto que tendrá el alza de los precios de los combustibles en el costo de vida y la actividad económica.
El Gobierno ha anunciado un plan de compensación social para mitigar los efectos de la eliminación de los subsidios, incluyendo transferencias directas a los hogares más vulnerables. Asimismo, se ha comprometido a mantener controles de precios y a monitorear de cerca la evolución de la inflación.
La medida forma parte de un amplio paquete de reformas económicas impulsadas por el Gobierno de Paz, que también incluye la reestructuración de la deuda pública y la modernización del sistema tributario. Estas acciones buscan sanear las finanzas públicas y sentar las bases para un crecimiento económico sostenible en el mediano y largo plazo.











