Cincuenta años después, el informe central leído por Fidel Castro Ruz en el Primer Congreso del Partido Comunista de Cuba celebrado entre el 17 y el 22 de diciembre de 1975 sigue impresionando por su profundidad y análisis marxista del desarrollo histórico de la isla. En aquel entonces, el Comandante en Jefe realizó una penetrante y valiosa interpretación de las circunstancias en las que Cuba luchó, en cada etapa, contra obstáculos que parecían insalvables hasta transformarse de la última colonia de España en América Latina en el primer país socialista de este hemisferio.
El detallado balance de los 17 años transcurridos desde el triunfo de la Revolución abarcó todos los sectores de la economía, sin eludir las reflexiones críticas y la exposición valiente de los errores cometidos. "Cuando nosotros iniciamos la vida revolucionaria y los problemas concretos se reducían a derrocar a la tiranía, tomar el poder y erradicar el injusto sistema social existente en el país, las tareas ulteriores en el campo de la economía nos parecían más sencillas. En realidad, éramos considerablemente ignorantes en este terreno", reconoció el Comandante en Jefe.
Fidel no dudó en plantearle claramente al pueblo las dificultades, y en resolverlas no solo mediante importantes reuniones en la dirección del Partido, sino además con grandes asambleas nacionales de producción con los representantes de los obreros y las administraciones. Este vínculo con las masas se reflejó también en el hecho de que el pueblo había participado en la elaboración de las tesis y la proyección de la política de los años futuros.
El informe abarcó todas las esferas del país, desde la educación y la cultura hasta la seguridad social, la política laboral y la actuación en la esfera internacional. Fidel definió al Partido Comunista como "el alma de la Revolución cubana", enfatizando en la importancia de velar por la ejemplaridad, la calidad política y moral, la autoridad y el prestigio de cada uno de los hombres y mujeres que lo integran.
Importantes decisiones que marcarían el rumbo posterior de la nación se adoptaron en el Congreso, como la aprobación de las tesis, los Estatutos y la Plataforma Programática del Partido, así como resoluciones sobre la política de formación, selección, ubicación, promoción y superación de cuadros; las Directivas para el desarrollo económico y social en el quinquenio 1976-1980, y sobre la Constitución y la Ley de tránsito constitucional.
En la clausura del Congreso, Fidel señaló que "en la medida en que el Partido se desarrolla, las ideas se convierten ya prácticamente en una cultura de todo el pueblo, y a medida que se institucionaliza la Revolución, los hombres, los cuadros individualmente van teniendo un papel menos importante. Y eso a todos nosotros nos hace muy felices, porque es la obra revolucionaria garantizada".












