Las medidas económicas lanzadas por el Gobierno del presidente Rodrigo Paz Pereira, entre ellas el retiro de la subvención a los combustibles, han recibido tanto apoyo como críticas de diferentes actores políticos en Bolivia.
El gobernador cruceño y presidente de Creemos, Luis Fernando Camacho, calificó las medidas como "difíciles pero necesarias" para salvar al país de la crisis económica heredada del gobierno anterior. Destacó también el incremento del salario mínimo nacional y de la Renta Dignidad como acciones para proteger a los más vulnerables.
Por su parte, el empresario y líder de Unidad Nacional (UN), Samuel Doria Medina, consideró que la decisión del gobierno es "valiente e imprescindible" para evitar una crisis aún peor, ya que el contrabando de combustibles le costaba al Estado alrededor de $us 1.000 millones al año.
Sin embargo, el expresidente Evo Morales y el exsenador del MAS, Andrónico Rodríguez, criticaron duramente la eliminación del subsidio. Morales la calificó como una "decisión improvisada" que "castiga" a las familias trabajadoras, mientras que Rodríguez la consideró un "ataque directo" al bolsillo de los bolivianos.
Según el Gobierno, la medida permitirá un ahorro de $us 7 millones diarios, recursos que podrían destinarse a atender la crisis económica y social que atraviesa el país. No obstante, sectores como el transporte público han anunciado protestas y paralizaciones en rechazo a la eliminación del subsidio a los combustibles.












