La gota, una enfermedad crónica que causa intensos dolores articulares, ha aumentado más de un 20% a nivel mundial desde 1990, junto con otras afecciones como la obesidad. Sin embargo, sigue existiendo un fuerte estigma social sobre esta condición, que a menudo se asocia erróneamente solo a "glotones" o "bebedores empedernidos".
Kyle Edmondson, un diseñador de productos de Kentucky, sufrió durante años los intensos dolores de la gota antes de ser finalmente diagnosticado. Al igual que él, más de 12 millones de personas en Estados Unidos padecen esta enfermedad, que es hasta cuatro veces más frecuente en hombres que en mujeres.
A pesar de su prevalencia, solo alrededor de un tercio de los pacientes con gota reciben el tratamiento adecuado, y muchos lo hacen con dosis insuficientes. Esto se debe, en parte, a que aún persiste la idea errónea de que la gota es solo un problema de "glotones" o "bebedores", cuando en realidad está fuertemente influenciada por factores genéticos.
De hecho, un estudio de 2018 reveló que la genética explica aproximadamente cien veces más las diferencias en los niveles de ácido úrico que la dieta alta en purinas. Algunas poblaciones, como las de ascendencia polinesia o hmong, tienen un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad.
Además de la genética, la obesidad, la hipertensión y las enfermedades cardíacas también son factores de riesgo que afectan la forma en que el organismo controla los niveles de ácido úrico, la causa subyacente de la gota.
A pesar de la prevalencia de esta enfermedad, en internet abundan los malos consejos sobre cómo tratarla. Un análisis reciente de los videos más vistos sobre gota en TikTok reveló que la mayoría se centran en dietas bajas en purinas y remedios herbales cuestionables, en lugar de mencionar el alopurinol, el medicamento de primera línea para reducir los niveles de ácido úrico.
Hyon Choi, director del Centro de Gota y Artropatía Cristalina de la Facultad de Medicina de Harvard, señala que solo las personas que acaban de comenzar el tratamiento o tienen dificultades para controlar sus niveles de ácido úrico deben seguir una dieta baja en purinas a corto plazo. A largo plazo, una dieta restrictiva en purinas puede empeorar la salud metabólica.
En su lugar, Choi recomienda a las personas con gota centrarse en la pérdida de peso y adoptar dietas como la DASH o la mediterránea, que se han demostrado eficaces para reducir la tensión arterial. Además, los medicamentos GLP-1 para perder peso, como el Ozempic, podrían ayudar a controlar mejor los niveles de ácido úrico.
El caso de Kyle Edmondson es un ejemplo de cómo un tratamiento adecuado puede marcar la diferencia. Después de años de sufrir intensos dolores, Edmondson ha logrado controlar su gota gracias a la medicación y a un seguimiento anual de sus niveles de ácido úrico. Ahora, lleva ocho años sin sufrir ningún brote.
A pesar de los avances en el tratamiento, la gota sigue siendo una enfermedad estigmatizada. Es crucial que se reconozca su complejidad y que los pacientes reciban el apoyo y el tratamiento adecuados para mejorar su calidad de vida.











