El presidente argentino, Javier Milei, sufrió su primera derrota en el Congreso al no conseguir los apoyos necesarios para derogar las leyes de financiamiento universitario y de atención a personas con discapacidades, como parte del proyecto de presupuesto 2026 que finalmente fue aprobado.
Tras más de 12 horas de debate, la Cámara de Diputados aprobó el presupuesto presentado por el Gobierno ultraderechista de Milei, que prevé gastos totales por 148 billones de pesos (unos 100.000 millones de dólares), con un aumento del PBI del 5% para 2026 y una inflación anual del 10,1%. Sin embargo, el mandatario no pudo concretar su objetivo de recortar fondos a las universidades públicas y a la atención de personas con discapacidades.
La oposición criticó duramente el proyecto presupuestario, calificándolo como "la decisión política de abandonar los oficios de educar, curar y cuidar que sostienen el lazo social en la Argentina". Finalmente, el presupuesto de Milei fue aprobado con 132 votos a favor, 97 en contra y 19 abstenciones, pero las leyes de financiamiento universitario y de emergencia en la atención a las personas con discapacidades, sancionadas este año a instancias de la oposición, fueron ratificadas con 123 votos en contra de la derogación.
Este revés en el Congreso se produce en el debut de la nueva conformación legislativa, tras las elecciones de medio término en las que el partido de Milei, La Libertad Avanza, se impuso con el 40% de los votos y alcanzó la primera minoría parlamentaria. El mandatario había optado hasta ahora por no negociar con los partidos opositores, gobernando a fuerza de decretos, pero esta vez se vio obligado a dar la discusión presupuestaria, en parte por las exigencias del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Gobierno de Donald Trump, sus principales benefactores.
La aprobación del presupuesto 2026 es un hito importante para Milei, pero su incapacidad de imponer recortes en áreas clave como educación y discapacidad muestra las dificultades que enfrentará para llevar a cabo su ambicioso programa de reformas estructurales. La oposición, por su parte, celebró esta primera victoria en el Congreso, demostrando que aún tiene capacidad de incidir en la agenda legislativa.
