LaLiga, la máxima categoría del fútbol español, ha aplicado un total de 13 nuevas modificaciones en su normativa del control económico de los clubes. Estas modificaciones, aprobadas por los 42 clubes el pasado 19 de noviembre, entrarán en vigor en diferentes momentos, algunas durante el mercado de invierno de este mes de enero y otras a partir de la próxima temporada.
Uno de los cambios más relevantes corresponde al artículo 103, que permite a los clubes renovar a un jugador por temporada sin necesidad de atenerse a las condiciones financieras marcadas por el control económico, siempre y cuando la renovación no supere el 8% del Límite de Coste de Plantilla Deportiva (LCPD). Sin embargo, no se admiten reducciones salariales anuales que superen el 10% de lo que ya recibe el jugador por contrato, ni reducciones del total acumulado previo a la renovación.
Otra modificación importante es la que establece determinados porcentajes de cobro acumulado mínimo para que las operaciones ordinarias o recurrentes, como los patrocinios, puedan computar a efectos del LCPD. Esto busca evitar que los clubes incluyan en sus cálculos contratos que después no se pagan.
Además, se permite a los clubes imputar total o parcialmente en la temporada o en la siguiente el resultado de determinadas operaciones de traspasos realizadas entre el inicio del periodo de inscripción de jugadores en este mercado de invierno y el próximo de verano. Esto les permitirá "guardar" el fair play para el futuro y no gastar ese margen en la ventana en la que lo obtienen.
Otras modificaciones incluyen una "wild card" para clubes de Segunda División, que podrán computar como Coste de Plantilla Deportiva la retribución pactada con un jugador y no la que resulte de criterios objetivos; la inclusión del dinero gastado en cantera en los 2 millones de euros permitidos sin penalizar; y un aumento en el límite de las ampliaciones de capital, que pasa del 4 millones de euros por temporada al 25% del importe neto de la cifra de negocio.
Estas modificaciones buscan brindar a los clubes españoles una mayor flexibilidad y herramientas para gestionar sus finanzas, mientras se mantiene un control riguroso para preservar la sostenibilidad económica del fútbol profesional en España.











