El pasado lunes, 15 de diciembre, el presidente Gustavo Petro lideró la ceremonia de ascensos de mayores a tenientes coroneles de la Policía Nacional. Al evento, llevado a cabo en la Escuela General Santander, en Bogotá, el presidente Petro llegó luciendo unas gafas negras.
Esto generó cuestionamientos en redes sociales, a lo que el jefe de Estado no dudó en responder de manera tajante. "Jajajajajajja. No, hermana, si el sol llega de frente debo ponerme las gafas oscuras por orden médica, porque sufro de resequedad en los ojos por haber usado durante más de dos décadas, siendo niño y adolescente, lentes de contacto. Así que deje de calumniar", respondió Petro a quien le cuestionó el uso de las gafas.
La explicación del presidente Petro pone fin a las especulaciones sobre el uso de las gafas oscuras durante la ceremonia militar. Lejos de ser un gesto de vanidad o distanciamiento, el mandatario aclaró que se trata de una necesidad médica derivada del uso prolongado de lentes de contacto desde su juventud.
Este tipo de situaciones, en las que se cuestiona la imagen o el comportamiento del presidente, son comunes en la era de las redes sociales. Sin embargo, la respuesta contundente de Petro demuestra su disposición a aclarar cualquier duda o señalamiento que se haga sobre su persona.
La ceremonia de ascensos de la Policía Nacional es un evento importante en el que el presidente Petro, como comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, tiene un papel protagónico. Su presencia, aun con las gafas oscuras, reafirma su compromiso con la institución policial y su liderazgo en temas de seguridad y defensa.
En medio de un contexto político y social complejo, este tipo de episodios sirven para recordar que, más allá de las apariencias, los presidentes también son seres humanos con necesidades y condiciones médicas particulares. La transparencia y la disposición a rendir cuentas, como lo hizo Petro, son fundamentales para mantener la confianza de la ciudadanía.
