Las copiosas lluvias que azotaron la ciudad de Santa Cruz, Bolivia, han dejado un rastro de devastación. La crecida de los ríos Piraí y Yapacaní, sumada a la caída de árboles y el anegamiento de viviendas, han puesto a las autoridades en alerta máxima.
Según el reporte del Servicio de Encauzamiento de Aguas y Regularización del río Piraí (Searpi), el cauce del Piraí se acerca peligrosamente a las riberas, donde se ubican infraestructura, construcciones y viviendas. El alcalde de Porongo, Neptaly Mendoza, señaló que la riada del fin de semana ya dejó grandes daños en varias comunidades, como Espejos, Tacuarembó, Agua Dulce y Nueva Palestina, que se encuentran aisladas y con casas destruidas y caminos cortados.
Las lluvias también provocaron emergencias en la capital cruceña. En el barrio Roca Coronado, la vivienda de Reina Menacho quedó inundada, obligando a la familia a alquilar una motobomba para desaguar el inmueble. Otras dos viviendas del sector también resultaron afectadas. Los vecinos atribuyen el problema a la pavimentación de una avenida cercana, que habría provocado la acumulación de agua.
Desde el sábado, las brigadas del Gobierno Municipal han atendido un total de 16 casos de caída de árboles. La directora de Gestión de Riesgo y Emergencias Municipales, Mary Luz Farfán, informó que este martes se atendió la caída de cinco árboles y se verificó una vivienda afectada por las precipitaciones.
El director del Searpi, José Antonio Rivero, indicó que, tras las lluvias registradas desde la noche del lunes, se reportan crecidas en el Piraí y otros afluentes. Según el boletín del Searpi, el Piraí registraba este martes grandes crecidas en la zona de Bermejo, la Angostura y Cuatro Ojos, mientras que el río Yapacaní también presentaba una crecida importante.
Las autoridades han declarado la alerta máxima y se han reunido con el Searpi para realizar estudios de emergencia y reforzar los defensivos a fin de evitar mayores daños. La situación sigue siendo crítica en las zonas afectadas, donde las familias permanecen aisladas y sin acceso a servicios básicos como luz y agua.










