El gobierno de Jalisco ha acumulado una deuda histórica con los usuarios del transporte público en Guadalajara. A pesar de contar con recursos federales adicionales en los últimos años, las autoridades han fallado en desarrollar un sistema de transporte moderno y eficiente para la Zona Metropolitana.
La inauguración de la Línea 4 del Tren Ligero, que se realizó el pasado lunes con más de un año de retraso y un sobrecosto considerable, es solo la última muestra de esta deuda pendiente. Según el contrato original, la obra debía costar 9,725 millones de pesos, pero terminará costando casi el doble, 21,000 millones de pesos, que el gobierno de Jalisco deberá pagar al consorcio constructor durante los próximos 36 años.
Esta situación se enmarca en una larga historia de retrasos y falta de inversión en el sistema de transporte público de Guadalajara. La Línea 1 del Tren Ligero se inauguró en 1989, y tuvieron que pasar casi 5 años para que se inaugurara la Línea 2 en 1994. Luego, la Línea 3 no se inauguró sino hasta 2020, es decir, 26 años después de la Línea 2.
Expertos señalan que esta incapacidad e indolencia de la clase gobernante para atender los problemas de movilidad de la ciudad ha condenado a los habitantes de la Zona Metropolitana, especialmente aquellos que viven en las periferias, a vivir con un sistema de transporte público deficiente.
Actualmente, la red de trenes eléctricos en Guadalajara se extiende por 56.5 kilómetros, muy lejos de las 12 líneas y 226.49 kilómetros que tiene el Metro de la Ciudad de México. Esto evidencia la deuda que el gobierno tiene con los usuarios del transporte público en la capital de Jalisco, quienes merecen un sistema moderno, eficiente y digno.
