Ford, la icónica automotriz estadounidense, ha anunciado el inicio de una nueva línea de negocio enfocada en el almacenamiento de energía mediante baterías. La compañía destinará 2.000 millones de dólares a esta iniciativa en los próximos dos años, reutilizando capacidad de producción existente en su planta de Kentucky.
La estrategia de Ford se centra en la fabricación de sistemas de almacenamiento basados en baterías de litio ferrofosfato (LFP), una tecnología más económica y estable que la utilizada en vehículos eléctricos de alto rendimiento. Estos sistemas comenzarán a distribuirse en 2027, con una capacidad inicial de 20 GWh anuales.
Según Lisa Drake, vicepresidenta de plataformas tecnológicas de Ford, "cuando salimos al mercado, quedó claro que la tecnología preferida por la mayoría de los clientes era un sistema de contenedores prismáticos LFP". Esta decisión llega tras el ajuste de los ambiciosos planes de Ford en el sector de los vehículos eléctricos, donde la compañía ha reducido la capacidad proyectada de su fábrica de Michigan en más de un 40%.
No obstante, Ford ha mantenido activa su licencia para producir baterías LFP con tecnología del proveedor chino CATL, lo que ahora se convierte en una ventaja estratégica para su nueva línea de negocio.
Además de ofrecer soluciones para clientes comerciales y operadores de redes eléctricas, Ford también prevé productos para centros de datos y almacenamiento de energía a nivel residencial, utilizando celdas de menor capacidad fabricadas en su planta de BlueOval Battery Park Michigan, cuya producción arrancará en 2026.
Esta apuesta de Ford por el almacenamiento de energía con baterías LFP refleja la creciente demanda de soluciones de almacenamiento a gran escala, impulsada por la expansión de las energías renovables y la necesidad de estabilizar las redes eléctricas. La compañía espera posicionarse como un jugador clave en este mercado emergente, diversificando sus ingresos más allá de la fabricación de vehículos.
