Honduras sigue perdiendo bosques a un ritmo que la reforestación no logra compensar, según un informe de la FAO. Mientras se pierden más de 50 mil hectáreas anuales, los esfuerzos de reforestación apenas alcanzan 2,500 hectáreas por año. La principal causa es la conversión de tierras boscosas a usos como agricultura, ganadería y asentamientos humanos.
La deforestación afecta gravemente la seguridad hídrica, alimentaria y climática del país. Además, Honduras carece de datos sobre la superficie de sus valiosos bosques primarios, evidenciando debilidades en el monitoreo ambiental. Aunque se han creado leyes e instituciones para proteger los bosques, los esfuerzos no han sido suficientes para frenar la acelerada pérdida forestal.
La pregunta clave es si Honduras podrá reforestar lo suficientemente rápido antes de que el país siga perdiendo sus valiosos ecosistemas, los cuales son cruciales para enfrentar el cambio climático. Expertos advierten que la carrera entre deforestación y reforestación es desigual y pone en riesgo la seguridad y el futuro del país.











