El conductor Paul Doyle, de 54 años, fue condenado a 21 años y medio de prisión por atropellar deliberadamente a una multitud de hinchas del Liverpool FC durante las celebraciones por el título de la liga inglesa de fútbol el pasado 26 de mayo.
El juez Andrew Menary, del tribunal penal de Liverpool, sentenció que Doyle "perdió el control en un arrebato de ira, decidido a abrirse paso a través de la multitud, fueran cuales fueran las consecuencias", y "utilizó su vehículo como un arma extremadamente peligrosa".
En total, 134 personas resultaron heridas, de las cuales unas cincuenta tuvieron que ser hospitalizadas. La víctima más joven era un niño de seis meses, que salió despedido de su carro de bebé, sin llegar a sufrir lesiones graves.
Durante el desfile de celebración, Doyle fue con su coche a recoger a un amigo que había participado en los festejos, cuando se encontró en medio de los aficionados reunidos en el centro de la ciudad. "Hubo un elemento de persistencia en sus actos: tuvo repetidas oportunidades de detenerse, pero optó por continuar a pesar de ello", señaló el juez.
Inicialmente, Doyle se había declarado no culpable, pero posteriormente admitió haber arrollado deliberadamente a la multitud, aunque sin dar explicación alguna por su acto. Desde el principio se descartó la hipótesis de un acto terrorista.
Imágenes de los hechos, captadas por una cámara ubicada en su coche, muestran cómo Doyle grita e insulta a los peatones mientras los arrolla. Un hombre logró finalmente subirse al coche y pudo detener el vehículo, contribuyendo a la detención del conductor.
A pesar de que Doyle acumuló varias condenas cuando tenía entre 18 y 22 años, el juez señaló que no había reincidido desde entonces, por lo que no incrementó su condena. Sin embargo, destacó que "es casi imposible comprender cómo cualquier persona con buen juicio podría haber actuado como usted lo hizo".
La sentencia de 21 años y medio de prisión refleja la gravedad del delito cometido por Doyle, quien utilizó su vehículo como un arma para causar un devastador ataque contra una multitud de aficionados celebrando un triunfo deportivo.
