El Gobierno de Panamá ha anunciado un ambicioso plan para integrar el sistema de atención de salud entre el Ministerio de Salud (Minsa) y la Caja de Seguro Social (CSS) en un plazo de aproximadamente dos años. Según explicó Carlos Abadía, asesor del Minsa y uno de los responsables técnicos del proceso, la meta es que el sistema integrado esté plenamente operativo hacia finales de 2027.
La integración, que se iniciará de forma gradual en las provincias de Herrera y Los Santos, busca aprovechar las fortalezas de ambas instituciones y resolver problemas como la duplicidad de funciones, la desigualdad en el acceso a los servicios y los altos costos para el Estado. Actualmente, la CSS cuenta con alrededor de 72 instalaciones en todo el país, mientras que el Minsa dispone de más de 200.
El modelo de integración se apoya en la implementación de la atención primaria de salud, con la figura del médico de cabecera como eje central. Este profesional dará seguimiento continuo a los pacientes, en particular a quienes padecen enfermedades crónicas, y solo referirá a los especialistas los casos que lo requieran. Según Abadía, se estima que hasta un 40% de las consultas de especialidad podrían resolverse en el primer nivel de atención si existiera un sistema ordenado de seguimiento médico.
Uno de los beneficios más relevantes del nuevo modelo será la continuidad de la atención médica para los trabajadores que pierden su empleo y, con ello, su condición de asegurados. Actualmente, cuando una persona deja de cotizar a la CSS, pierde acceso a sus tratamientos, lo que provoca un deterioro de su salud y mayores costos cuando vuelve a incorporarse al sistema laboral. Con la integración, el paciente continuará con su médico y su tratamiento, independientemente de si está o no cotizando.
El proceso también contempla el uso de telemedicina y la capacitación progresiva del personal de salud, ante la escasez de especialistas, un problema que no es exclusivo de Panamá, sino global.
Sin embargo, la integración ha generado preocupaciones en algunos gremios médicos. La Asociación de Médicos Especialistas del Hospital Santo Tomás (Amehst) advirtió que los fondos de la CSS provienen de los cotizantes y no deberían destinarse a financiar la atención de personas no aseguradas sin una representación equitativa en los espacios de decisión. Por su parte, la Asociación de Médicos, Odontólogos y Profesionales Afines de la CSS (Amoaccs) rechazó la propuesta, argumentando que representaría una carga financiera injusta para los trabajadores cotizantes y podría afectar la autonomía financiera de la CSS.
El Gobierno, por su parte, ha asegurado que la responsabilidad presupuestaria de la atención a no asegurados seguirá recayendo en el Minsa, y que la integración tiene sustento legal en la Constitución Nacional, decretos ejecutivos y la ley de la CSS. Además, cuenta con respaldo técnico de organismos internacionales como la Organización Panamericana de la Salud (OPS), el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
La integración del sistema de atención de salud se perfila como uno de los cambios estructurales más relevantes del sector en décadas. Su ejecución en un plazo acotado pondrá a prueba la capacidad del Estado para coordinar instituciones históricamente separadas, y el resultado marcará el rumbo del sistema sanitario panameño en los próximos años.












