El mercado automotor argentino está experimentando un cambio de paradigma, con una creciente predominancia de vehículos de origen brasileño. Según los datos, el 50% de los autos nuevos que se venderán este año serán fabricados en Brasil, mientras que otro 40% corresponde a producción nacional. Este escenario refleja el impacto de la apertura de las importaciones impulsada por el gobierno de Javier Milei desde diciembre de 2023.
La situación contrasta con la presencia de marcas europeas en la industria local. Si bien siete de las diez marcas que producen vehículos en plantas argentinas tienen su casa matriz en países europeos, los modelos provenientes de Francia, Alemania, Italia, Inglaterra y otros países de la Comunidad Europea representan apenas una tercera parte del total de autos vendidos en el país. Más aún, estos vehículos europeos se concentran en un nicho de mercado de alto precio y bajo volumen.
El análisis de los números revela que, de los 362 modelos distintos de automóviles particulares y vehículos utilitarios vendidos en Argentina entre enero y noviembre de este año, solo 111 son de origen europeo. Esto representa una mínima porción del mercado, ya que estas unidades importadas de Europa apenas alcanzan el 2,1% del total de 556.535 vehículos comercializados.
Dos factores clave explican este fenómeno. Por un lado, la localización regional de la producción automotriz, concentrada principalmente en Brasil y Argentina, ha favorecido el desarrollo de modelos diseñados específicamente para el consumo interno de la región. Por otro lado, la matriz impositiva que afecta a los autos europeos, con un arancel de importación del 35%, los coloca en clara desventaja competitiva frente a los vehículos regionales, que ingresan al mercado argentino con arancel 0%.
Además, el acuerdo comercial en negociación con Estados Unidos podría abrir la puerta a una situación similar, con un cupo sin arancel común del Mercosur del 35% para modelos fabricados en Norteamérica. Esto no solo beneficiaría a las marcas estadounidenses, sino también a las japonesas y coreanas que produzcan en ese país.
En este contexto, los autos europeos más conocidos en el mercado actual se concentran en los segmentos premium y de lujo, con precios que superan los 50.000 dólares. En contraste, los modelos chinos que están llegando al país se ubican en la franja de precios más accesible, entre 40 y 60 millones de pesos (alrededor de 35.000 dólares).
Un caso que ejemplifica esta situación es el de Volkswagen, que confirmó que a fines de 2026 o principios de 2027 volverá a importar el Golf GTI desde Alemania. Sin embargo, este modelo deberá pagar el 35% de arancel extrazona, a diferencia de si se trajera desde México, donde eventualmente se planea producirlo.
En resumen, el mercado automotor argentino está experimentando una transformación significativa, con una clara predominancia de vehículos brasileños y una creciente presencia de modelos chinos, mientras que los autos europeos enfrentan desafíos competitivos debido a las condiciones impositivas y la dinámica regional de la industria.










