Tarija, la ciudad del vino en Bolivia, ha tomado la iniciativa para consolidar al turismo como un motor clave para el desarrollo del país. Tras años de trabajo y articulación entre el sector público y privado, esta región del sur boliviano presenta una propuesta integral que busca posicionarse como un destino turístico de primer nivel a nivel nacional e internacional.
La actividad central de este esfuerzo será el lanzamiento de la temporada alta de turismo en Bolivia, que se llevará a cabo este martes 16 de diciembre en la ciudad de Tarija. Este evento, organizado en apenas 10 días pero con más de 30 años de preparación, contará con la participación de la ministra de Turismo, Culturas, Folklore y Gastronomía, Cinthia Yáñez.
La propuesta tarijeña se basa en tres pilares fundamentales: ofrecer un lugar donde dormir, otro donde comer y contar historias que atraigan a los visitantes. Según Patricia Barroso, de la Organización de Gestión del Destino (OGD) de Tarija, la ciudad ya ha logrado un reconocimiento a nivel nacional e internacional como "la ciudad del vino", pero ahora busca consolidar esa imagen y atraer más turistas.
"Tarija tiene potencial turístico, a nivel nacional e internacional ya hemos logrado un reconocimiento como la ciudad del vino, pero nosotros también debemos creernos ese concepto. Pero primero hay que sentarse públicos y privados, pensar qué tenemos, con qué empezamos y cómo lo hacemos. Son planes sencillos, no complicados, que no necesitan mucha inversión, existe una planta turística, existe conectividad terrestre que puede fluir más. Entonces lo hagamos, hagamos todo lo que esté a nuestro alcance para que tengamos íconos de calidad", señaló Barroso.
Esta propuesta tarijeña es el resultado de un trabajo conjunto entre empresarios, organizaciones de turismo, instituciones de desarrollo y entidades públicas, con el impulso del Movimiento Tarija Dialoga y personalidades como Carlos Hugo Molina y la Red "Bolivia, una Gran Nación". Además, se suman a este esfuerzo las iniciativas de años anteriores como el Movimiento 15 de Abril en la década del 90, los Aromas y Sabores de FAUTAPO, y la presencia de organizaciones como AVINA, NATIVA y PROMETA.
La propuesta tarijeña no solo busca consolidar a Tarija como un destino turístico, sino también posicionar a Bolivia como un país que puede vivir del turismo. "La propuesta tarijeña, es válida para que todos los departamentos puedan repetir también que 'Bolivia puede vivir del turismo'", señala el texto.
Uno de los elementos clave de esta estrategia es la "tropicalización" de la oferta turística para atraer a un público específico, como los turistas argentinos, quienes han encontrado en Tarija un destino atractivo debido a la diferencia cambiaria que les favorece. Además, se busca consolidar a Tarija como la "puerta del Sur", enlazando con Potosí y los Cintis chuquisaqueños, e incorporando al mercado paraguayo tanto en su componente turístico como productivo.
En resumen, la propuesta tarijeña para consolidar el turismo en Bolivia se basa en una articulación público-privada, la diversificación de la oferta turística, la fidelización de públicos específicos y la integración regional. Este esfuerzo busca convertir al turismo en un motor clave para el desarrollo de Tarija y, por extensión, de todo el país.











