Durante su gobierno en el Territorio Federal del Amapá, Janary Nunes emprendió una ambiciosa reforma educativa que sentó las bases de un sistema de enseñanza moderno y de calidad. Más allá de construir escuelas, Nunes buscó transformar la mentalidad de la población, convencido de que la educación era el pilar fundamental para el desarrollo social y económico de la región.
Cuando Nunes asumió el cargo, la situación era desalentadora: la mayoría de la población de Macapá, la capital, era analfabeta, y la ciudad contaba con apenas 7 escuelas en pésimas condiciones. El sistema educativo era limitado, con solo 2.264 alumnos matriculados y 49 docentes en todo el municipio.
Frente a este escenario, Nunes creó una estructura administrativa dedicada al sector, con la División de Educación a la cabeza. La prioridad era formar docentes calificados y establecer una sólida infraestructura educativa. Se promulgaron leyes que permitieron la creación de la Escuela Normal, encargada de capacitar a los maestros y combatir el analfabetismo.
Además de la formación docente, Nunes impulsó la educación técnica y profesional. Se fundaron instituciones como la Escuela Técnica de Comercio y la Escuela Doméstica de Macapá, orientadas a preparar a los estudiantes para el mundo laboral. La Escuela Industrial, por su parte, buscaba forjar un "nuevo hombre" amapaense: disciplinado, productivo y adaptado a los desafíos de la industrialización.
Otro hito fue la creación del Colegio Amapaense, que se convirtió en el centro de preparación para el ingreso a la universidad, ya que en aquel entonces no existían instituciones de educación superior en Macapá. Los estudiantes del Colegio Amapaense se destacaban tanto que, según relatos de la época, los paraeños "no quedaban muy satisfechos con la invasión de los amapaenses en la tierra de los mangos".
Más allá de los logros cuantitativos, el legado de Janary Nunes radica en haber sentado las bases de una nueva mentalidad: la de que educar es construir el futuro. Sus políticas educativas transformaron profundamente a la sociedad amapaense, sentando los cimientos de un sistema de enseñanza moderno y de calidad que resistió el paso del tiempo.
