El proyecto del relleno sanitario de Punta Arenas, que debía haber entrado en operación en enero de este año, ha sufrido una serie de retrasos debido a problemas en el diseño, cambios normativos y una maraña burocrática, lo que ha llevado a que su construcción se postergue hasta, al menos, el año 2027.
Según informó el gobernador regional, Jorge Flies, el diseño del proyecto se encuentra en un 70% y esperan comenzar con la licitación de la obra el próximo año. Sin embargo, Flies reconoció que los rellenos sanitarios son "extremadamente complejos" por sus exigencias ambientales y los constantes cambios normativos.
Esta situación ha generado la indignación del alcalde de Punta Arenas, Claudio Radonich, quien cree que el proyecto recién verá la luz en cinco años más. Radonich señaló que la demora tiene un "costo altísimo" para la ciudad, ya que deberán invertir alrededor de $1.500 millones en maquinaria para reducir el volumen de residuos en el vertedero actual, además de $700 millones anuales en áridos para mantener su operación.
El alcalde recalcó que la responsabilidad por la demora no recae en la municipalidad ni en los vecinos, quienes enfrentan las consecuencias económicas y operativas. Radonich confirmó que existe una reunión pendiente con el gobernador para revisar el estado del proyecto y solicitar que el gobierno regional financie los costos adicionales derivados de la prolongación del vertedero.
Según el Servicio de Evaluación Ambiental, el futuro relleno sanitario cuenta con Resolución de Calificación Ambiental desde octubre de 2023, pero su construcción, que debía iniciar en enero de 2022 y operar hace diez meses, aún no se ha concretado. El nuevo vertedero, que costará cerca de 20 millones de dólares, ocupará 154 hectáreas y operará por 41 años, recibiendo 225 toneladas diarias de desechos.
