Las autoridades peruanas llevaron a cabo un gran operativo contra la migración irregular en Lima, Callao y otras ciudades del país, interviniendo a más de 1.500 personas. El presidente José Jerí supervisó personalmente la operación, en la que participaron policías y representantes de Migraciones.
Según el ministro del Interior, Vicente Tiburcio, de las 1.500 personas intervenidas, 700 ya pasaron por Migraciones, detectándose que 99 se encontraban en situación irregular y otras 90 próximas al vencimiento de su permiso de permanencia. Además, se identificaron a 49 migrantes con requisitorias vigentes, quienes serán expulsados del país.
El operativo se enmarca en la estrategia del gobierno peruano para enfrentar la delincuencia y el crimen organizado, aprovechando el estado de emergencia vigente en Lima y Callao, que permite exigir la identificación de migrantes e intervenirlos si no cuentan con documentación válida.
Según el presidente del Consejo de Ministros, Ernesto Álvarez, el gobierno no permitirá la presencia de migrantes en condición irregular, ya que Perú es "un país dedicado a todas las personas, nacionales o extranjeras, pero que se dedican a trabajar, a rendir productivamente en beneficio de sus familias y del país que los acoge".
Además del operativo migratorio, las autoridades también incautaron 5 toneladas de productos pirotécnicos de procedencia irregular que se almacenaban en una vivienda sin condiciones de seguridad en el distrito de Villa María del Triunfo, en Lima.
El gobierno peruano ha intensificado sus esfuerzos para controlar la migración irregular y combatir la delincuencia, en medio de un contexto de preocupación por el aumento de la criminalidad en el país.










