La sangre de cuatro hermanos y su padre quedó impregnada en las paredes de la vivienda que ellos mismos pintaban para recibir la Navidad. A escasos metros de los cuerpos, quedó el árbol navideño, aún con los adornos que habían colocado días antes.
Este brutal crimen ocurrió aproximadamente a las 2:30 de la madrugada del domingo 14 de diciembre, en una vivienda ubicada en el sector El Fortín, perteneciente al distrito Nueva Prosperina, en el noroeste de Guayaquil, Ecuador.
Según el relato de la madre de las víctimas, Lucía, un grupo de entre seis y siete sujetos, supuestamente vestidos como policías y encapuchados, llegaron a bordo de una camioneta blanca y forzaron la puerta de entrada. Una vez dentro, perpetraron la masacre.
Las víctimas mortales son cuatro hermanos: Jonathan, de 25 años; Anthony, de 26; Ronald, de 23; y el menor de ellos, un adolescente de 16 años. El padre de familia también resultó herido por impacto de bala y fue trasladado a un centro de salud.
"Me dijeron: 'Mamita, hoy no vamos a dormir, no nos acostamos hasta terminar de pintar toda la sala'. Estaban contentos. Hace una semana pusimos el arbolito y lo adornamos. Todo quedó destruido. Con la vida de mis hijos se llevaron mi vida, mi alegría", expresó Lucía entre lágrimas.
La madre también relató que su hijo de 16 años estaba acostado junto a su hermano menor, de 13 años, cuando los atacantes lo sacaron de la cama y lo llevaron a la sala, donde fue ejecutado.
Este hecho violento vuelve a poner en evidencia la grave crisis de seguridad en el distrito Nueva Prosperina, que con esta masacre acumula 593 asesinatos en lo que va del año, consolidándose como uno de los sectores más violentos del país.
Hasta el momento, las autoridades no han definido una línea investigativa sobre el móvil del crimen y han señalado que ninguna de las víctimas mortales ni el padre herido registran antecedentes penales. Sin embargo, se menciona que en la zona operan organizaciones delictivas como Los Tiguerones, y que podrían existir disputas territoriales entre facciones de este grupo criminal.
La masacre de esta familia que se preparaba para celebrar la Navidad ha conmocionado a la ciudad de Guayaquil y pone de manifiesto la urgente necesidad de abordar la crisis de seguridad que azota a algunas de sus zonas más vulnerables.
