Chile se encuentra en una encrucijada histórica. Este domingo, más de 15 millones de chilenos acuden a las urnas para elegir a su próximo presidente, pero la votación va mucho más allá de un simple relevo de poder. En juego está el modelo de país que regirá los próximos años, con dos visiones antagónicas enfrentadas.
Por un lado, Jeannette Jara, del Partido Comunista, lidera la coalición Unidad por Chile, que aglutina a una amplia gama de fuerzas progresistas. Su propuesta se basa en la defensa de los derechos de los más desfavorecidos, la lucha contra la desigualdad y la modernización del Estado.
En el otro extremo, José Antonio Kast, del Partido Republicano, encabeza un bloque fuertemente conservador que promete medidas drásticas, como la expulsión de 330.000 migrantes irregulares y un recorte de 6.000 millones de dólares en el gasto público.
La polarización política que vive Chile se ha intensificado en los últimos años, y esta elección es un reflejo de esa división. Aunque Jara se impuso en la primera vuelta, las encuestas apuntan a una victoria de Kast, lo que supondría un giro radical en la trayectoria del país.
El experto Fernando Estenssoro señala que el avance de la ultraderecha se debe a una combinación de factores, como el distanciamiento de la izquierda de sus banderas tradicionales, problemas internos graves como el desempleo y la desigualdad, y la exageración de temas como la seguridad y la migración.
Ante este escenario, los chilenos se enfrentan a una disyuntiva crucial: elegir entre dos modelos de país radicalmente opuestos, con implicaciones profundas en ámbitos como los derechos sociales, la economía y la política exterior. El futuro de Chile se juega hoy en las urnas.












