La elección de José Antonio Kast como presidente de Chile este domingo plantea una cuestión trascendental para este país y la región: ¿qué tipo de derecha representa exactamente su figura?
Desde hace tiempo, la derecha de Kast suele ser ubicada en el espectro ideológico con las etiquetas de ultra o extrema , para diferenciarla del conservadurismo tradicional chileno. No obstante, este abogado de 59 años ha rechazado esos adjetivos en distintas ocasiones.
"Algunos dicen que soy extremo. Y siempre les pregunto: ¿extremo en qué?", dijo Kast en 2021, cuando fue derrotado en un balotaje por el actual presidente izquierdista de Chile, Gabriel Boric. Esta vez, en su tercer intento, Kast alcanzó la presidencia del país sudamericano al ganar por amplio margen la segunda vuelta electoral frente a la comunista Jeannette Jara: tiene 58,2% de los votos contra 41,8% de la candidata oficialista, con más de 99% de las mesas escrutadas.
Kast tiene afinidades claras con presidentes americanos que, al igual que él, han transformado de forma radical las derechas de sus países, como el estadounidense Donald Trump, el argentino Javier Milei o el salvadoreño Nayib Bukele. Pero guarda algunas diferencias importantes con cada uno de ellos.
De hecho, el Kast de esta campaña ni siquiera se pareció del todo al Kast de la elección pasada, aunque mantenga intactas sus convicciones políticas y religiosas. En esta ocasión, el candidato de Renovación Nacional (RN) se mostró más moderado en su discurso, evitando algunas de las posiciones más extremistas que lo habían caracterizado anteriormente.
Uno de los principales ejes de su campaña fue la seguridad, con un fuerte énfasis en el combate a la delincuencia y el narcotráfico. También se posicionó en contra del aborto y a favor de la familia tradicional. Sin embargo, a diferencia de Trump o Milei, Kast no ha cuestionado abiertamente la democracia ni ha hecho del rechazo al establishment político uno de sus principales caballos de batalla.
Más bien, el nuevo presidente chileno se ha presentado como un gestor eficiente, con experiencia en el sector público y privado, que promete poner orden y generar crecimiento económico. "Vamos a gobernar para todos los chilenos", afirmó en su discurso de victoria, en un intento por tender puentes con sus adversarios políticos.
Sin embargo, su trayectoria y algunas de sus propuestas más polémicas, como la construcción de un foso en la frontera con Perú y Bolivia para frenar la inmigración, han generado dudas sobre el rumbo que tomará su gobierno.
¿Será capaz Kast de moderar su discurso y gobernar desde el centro, como parece haber prometido? ¿O terminará radicalizando aún más la derecha chilena, alineándose con líderes populistas de la región? Estas son las principales interrogantes que plantea la llegada al poder del nuevo mandatario.
