El fin de año se ha convertido en una época de mayor estrés financiero para los hogares mexicanos. A medida que avanzan las celebraciones decembrinas, los gastos por cenas navideñas, regalos, ropa nueva y otros compromisos familiares y laborales se incrementan, lo que puede derivar en problemas de salud mental como ansiedad, insomnio y presión arterial elevada.
Según la Encuesta Nacional sobre Salud Financiera (ENSAFI 2023), dos de cada tres mexicanos experimentan un nivel de estrés financiero de moderado a alto en esta temporada. La Condusef advierte que este estrés no solo afecta la estabilidad económica, sino que también puede detonar problemas de salud.
Juan Armendáriz, psicólogo y docente, explica que el problema no radica únicamente en los gastos, sino en la carga cultural que implica demostrar afecto mediante objetos materiales. "En la cultura mexicana existe la idea de que debemos dar algo para demostrar cariño. Eso nos lleva a decisiones compensatorias: quedamos bien un momento, pero sufrimos después", señala.
Muchas familias endeudan su futuro por cumplir con las expectativas de terceros, confundiendo el valor emocional con el valor monetario. Esta dinámica genera que, una vez terminadas las festividades, comiencen los problemas: pagos atrasados, tensiones en el hogar y un ambiente emocional desgastado.
El economista Luis Flores advierte que uno de los errores más comunes es "comprar ahora y pagar después", especialmente mediante tarjetas de crédito y plazos aparentemente atractivos que pueden convertirse en pagos a largo plazo con intereses. Sugiere elaborar un presupuesto previo a cualquier compra y llevar un registro puntual de cada transacción para evitar compras impulsivas.
Tanto el psicólogo como el economista coinciden en que diciembre debe recuperar su esencia, no su costo. Armendáriz propone un ejercicio simple: al reunirse en familia, dejar los celulares a un lado y recuperar la convivencia auténtica. "Es importante reencontrarnos. Muchas familias son desconocidos sentados en el mismo lugar", reflexiona.
Con mayor presión económica, inflación acumulada y expectativas sociales, las familias mexicanas tendrán que ser más cuidadosas que nunca en esta temporada. La recomendación de los especialistas es clara: planear, dialogar y priorizar el bienestar emocional por encima del consumo.











