Disney, el gigante del entretenimiento, ha interpuesto una demanda contra Google por el uso no autorizado de sus personajes y propiedades intelectuales en el desarrollo de servicios de inteligencia artificial (IA) generativa. Según la compañía, Google ha estado copiando "un gran corpus de obras protegidas" para entrenar y desarrollar modelos y servicios de IA, lo que atenta contra los derechos de autor a gran escala.
En una carta remitida al asesor general de Google, Disney advierte que la empresa tecnológica está "explotando y distribuyendo comercialmente copias de sus obras protegidas a los consumidores". Además, señalan que muchas de las imágenes infractoras llevan el sello de Gemini de Google, lo que "insinúa falsamente que la explotación de la propiedad intelectual de Disney por parte de Google está autorizada y avalada".
Los personajes y producciones afectados incluyen icónicos títulos como "Frozen", "El Rey León", "La Sirenita", "Toy Story", "Monsters Inc.", "Los Simpsons" y "Star Wars". Disney alega que Google ha infringido sus derechos de autor al utilizar estos personajes y propiedades sin su consentimiento para entrenar y desarrollar sus servicios de IA generativa.
Esta demanda se produce en un contexto de creciente tensión entre las empresas de entretenimiento y las compañías tecnológicas que desarrollan IA. Recientemente, Disney y Warner Bros. Discovery también han presentado demandas similares contra empresas como Midjourney y MiniMax por el uso no autorizado de sus propiedades intelectuales.
Por otro lado, Disney ha tomado medidas proactivas para regular el uso de su propiedad intelectual en el campo de la IA. La compañía ha concretado un acuerdo de inversión superior a los US$ 1,000 millones con OpenAI para autorizar a ChatGPT y Sora a emplear sus personajes y propiedades para generar videos cortos tras indicaciones de los usuarios.
Esta disputa legal entre Disney y Google refleja la creciente preocupación de las empresas de entretenimiento por proteger sus derechos de autor en un entorno digital en constante evolución. A medida que la IA generativa gana terreno, las compañías buscarán asegurar que el uso de sus propiedades intelectuales se realice de manera autorizada y con el debido reconocimiento.





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