Un sismo de 4.0 de magnitud se registró en el municipio de Ticul, ubicado en el estado de Yucatán, según informó el Servicio Sismológico Nacional (SSN). El movimiento telúrico ocurrió a las 20:49 horas del 11 de diciembre, a 18 kilómetros al noreste de la ciudad y con una profundidad de 5 kilómetros.
Hasta el momento, las autoridades no han reportado daños ocasionados por el sismo. Sin embargo, es importante mantenerse informado a través de los canales oficiales ante cualquier actualización o medida que se tome al respecto.
Es importante destacar que la información proporcionada por el SSN es preliminar, por lo que los datos del sismo pueden ser actualizados posteriormente. Además, los sismos no se pueden predecir, y no existe ningún método o tecnología actual que permita conocer cuándo ocurrirá un movimiento telúrico.
México se encuentra en un contexto tectónico en el que se reportan decenas de sismos todos los días, la mayoría de baja magnitud y, por lo tanto, imperceptibles. Sin embargo, el país sigue siendo vulnerable a la ocurrencia de terremotos de gran magnitud, como los ocurridos en 1985 y 2017, que causaron graves daños y pérdidas de vidas.
El funcionamiento de la alerta sísmica depende de una red de sensores que, al detectar un sismo fuerte, emiten una señal de advertencia a las ciudades que tienen cobertura. No obstante, si un temblor ocurre fuera de la zona de cobertura, el sistema no alertará. Además, si el epicentro está cerca de alguna de las ciudades consideradas, el aviso podría llegar al mismo tiempo que las ondas sísmicas.
Expertos del Centro de Instrumentación y Registro Sísmico (Cires) han advertido que México enfrenta el riesgo de vivir sismos de gran magnitud, incluso superiores a los 8.6 grados, como el ocurrido en 1787 en Oaxaca, que provocó un tsunami de 6 kilómetros tierra adentro. Estos terremotos podrían tener su epicentro en las costas de México y Centroamérica, debido a la acumulación de energía en la Brecha de Guerrero.
La población mexicana sigue recordando con temor los devastadores sismos de 1985 y 2017, que paralizaron a la Ciudad de México y dejaron un saldo trágico de cientos de víctimas. Estos eventos han puesto de manifiesto la necesidad de mejorar los sistemas de alerta y preparación ante la amenaza constante de terremotos en el país.











