La privatización de Teléfonos de México (Telmex) en 1990 marcó un hito en la historia de las telecomunicaciones del país. Detrás de este proceso clave estuvieron dos figuras clave: el empresario Carlos Slim Helú y el expresidente Carlos Salinas de Gortari.
A pesar de las diferencias que han tenido, especialmente sobre cómo la empresa pasó del Estado a manos privadas, sus historias siguen entrelazadas y su relación sigue dando de qué hablar.
Si bien discrepan sobre si la privatización de Telmex fue o no un éxito, ambos coinciden en que nunca fueron socios ni existió un prestanombres en el proceso, como se ha especulado desde 1990.
Carlos Slim ha negado categóricamente los rumores que lo vinculan como socio o prestanombres del expresidente Carlos Salinas de Gortari en la compra de Telmex, así como cualquier supuesto favor recibido del gobierno. Slim detalla que hubo varios interesados, tanto nacionales como extranjeros, y que los socios mexicanos tuvieron la tarea de elegir a los inversionistas internacionales.
Por su parte, Salinas de Gortari ha señalado que, si bien Telmex inició con un fuerte programa de inversión tras su privatización, en años posteriores se volvió ineficiente y abusiva. Según el expresidente, "a partir de 1996, la regulación ausente y un proceso judicial ineficiente hicieron que Telmex aflojara el paso en la inversión para mantener la calidad del servicio, y prefiriera expandir sus inversiones en otros países o recomprar sus acciones".
Salinas también criticó el monopolio que Telmex mantiene hoy en día, afirmando que controla el 80% del mercado de telefonía fija y 70% de telefonía móvil. Además, enfatizó que los usuarios pagan más que en otros países de la OCDE, con velocidades de internet muy lentas y una penetración baja de banda ancha.
Sin embargo, Slim rechazó las declaraciones de Salinas, asegurando que su empresa no es ineficiente ni abusiva, y que el expresidente hizo esos comentarios para "presumir que él hizo todo limpio y que todos los demás somos unos pende y sucios, y que Telmex es una mier ".
Esto refleja que la relación entre ambos ya no es la misma. La cercanía que tuvieron en los años 80 y 90, cuando Slim apoyaba al PRI, se ha perdido debido a los roces que dejó la privatización de Telmex.
