Israel anunció que prohibirá a 37 organizaciones de ayuda humanitaria, incluidas Médicos Sin Fronteras y Oxfam, operar en Gaza a partir del 1 de enero, a menos que proporcionen información detallada sobre su personal palestino.
El gobierno israelí alega que algunas de estas organizaciones tienen vínculos con grupos terroristas como Hamás. Según el Ministerio de Asuntos de la Diáspora y Lucha contra el Antisemitismo, las ONG "se niegan a facilitar las listas de sus empleados palestinos porque saben, al igual que nosotros, que algunos de ellos están implicados en el terrorismo o vinculados a Hamás".
Israel apunta específicamente a Médicos Sin Fronteras (MSF), acusando a la organización médica internacional de contar con dos empleados miembros de los grupos palestinos Yihad Islámica y Hamás. Además de MSF, entre las 37 ONG afectadas se encuentran el Consejo Noruego para los Refugiados (NRC), World Vision International, CARE y Oxfam.
Las nuevas regulaciones impuestas por Israel tendrán un impacto significativo en la distribución de ayuda humanitaria en Gaza, donde según las propias entidades la cantidad de suministros que entra sigue siendo insuficiente. La responsable humanitaria de la UE, Hadja Lahbib, afirmó que esta normativa "no puede aplicarse bajo su forma actual" y subrayó que "la ayuda debe llegar a aquellos necesitados".
Aunque el acuerdo de alto el fuego que comenzó el 10 de octubre preveía la entrada de 600 camiones al día a Gaza, solo entre 100 y 300 transportan ayuda humanitaria, según las ONG y las Naciones Unidas. Israel, por su parte, afirma que entran en Gaza una media de 4.200 camiones de ayuda a la semana, lo que equivale a unos 600 diarios.
La decisión de Israel de prohibir a estas organizaciones humanitarias operar en Gaza ha generado preocupación y rechazo a nivel internacional. Diversas voces han criticado la medida y exigen que se permita la entrada de ayuda a la población palestina, que ya enfrenta una grave crisis humanitaria.
