La propietaria de la frutería Fruta House, ubicada en el popular barrio de Malasaña en Madrid, ha anunciado que está a punto de echar la persiana de manera definitiva debido a las dificultades económicas que enfrenta su negocio.
Martha Bernays, la dueña del local, explicó en una publicación en redes sociales que han sopesado la situación y todo indica que tendrán que cerrar. "Son muchos gastos y pensábamos que este concepto iba a calar aquí en el barrio ya que Malasaña es moderno, un barrio de comunidad, pero la gente está acostumbrada a comprar en los supermercados", indicó.
Su socio también intervino en la grabación y señaló que "nadie viene" a comprar en su local, a pesar de tener un colegio y un instituto cerca, con muchos padres y madres como potenciales clientes. "Tenemos un colegio y un instituto cerca, muchos padres, muchas madres, pero nadie entra a comprar porque me imagino que al final están con la idea de ir al super y hacer allí toda la compra", lamentó.
Bernays reconoció que han intentado bajar los precios para equipararse a los de los supermercados de la zona, pero ni aun así han logrado atraer a los clientes habituales, que son los que necesitan para pagar las facturas. "Estamos en tiempos de crisis y entiendo que la gente mira mucho el céntimo, pero hemos probado a poner el mismo precio que en los supermercados de al lado y ni aún así, ni poniendo los precios en la puerta", explicó.
La propietaria también cree que el concepto moderno de la frutería, con música ambiental, ha podido generar la percepción de que los precios son más altos. "También es cierto que la frutería es demasiado bonita y la gente ha pensado que igual es más caro. Pero, aunque hemos bajado los precios y el concepto moderno de pinchar (música) sí que ha gustado, no hemos sabido atrapar al cliente habitual, que es al que necesitamos para que nos pague las facturas", lamentó.
A pesar de la difícil situación, los dueños de Fruta House no se rinden y lanzan un último aviso: "No dejaremos de luchar". Sin embargo, todo apunta a que, de no lograr revertir la tendencia en las próximas semanas, tendrán que cerrar definitivamente las puertas de su negocio.










