La Democracia Cristiana (DC) enfrenta el desafío de redefenir su política de alianzas tras la derrota presidencial del 14 de diciembre. En medio de un escenario de recomposición de la oposición, la colectividad deberá adoptar definiciones estratégicas que orienten su rol como contrapeso al Gobierno de José Antonio Kast.
Según el diputado DC Eric Aedo, la DC tendrá que "marcar con mucha claridad su punto político": ser oposición al Gobierno de Kast, pero una oposición responsable, "pensando siempre en el bien común". En esa línea, el parlamentario afirmó que la vocación del partido será buscar acuerdos, defender las conquistas sociales, pero rechazando categóricamente el uso de la violencia.
"Quienes nos quieran acompañar en ese camino serán entonces nuestros socios, no hay que excluir a nadie a priori, pero quienes no compartan este camino, quienes crean que la lucha en las calles, que el uso de la violencia en política sigue siendo algo válido, esos no serán los compañeros de ruta de la Democracia Cristiana", sentenció Aedo.
Por su parte, el senador DC Iván Flores manifestó que la DC tiene que hacer una revisión profunda de cara a los debates estratégicos de 2026: "Tiene que revisarse, tiene que preguntarles a las bases y hacer democracia plena". En ese sentido, Flores aseguró que la colectividad "claramente no va a estar nunca en la derecha, pero tampoco en la izquierda dura".
En medio de este proceso de redefinición, la DC enfrentará el desafío de encontrar su espacio dentro del amplio espectro de oposición al Gobierno de Kast. Para el analista Víctor Maldonado, más que una discusión identitaria, la falange debe tener una posición política clara, sin que eso signifique alejarse categóricamente del Partido Comunista (PC), si sus "socios están con ellos".
Maldonado señaló que la base será mantener la coordinación y realizar diagnósticos conjuntos con el resto de la centroizquierda, en un año de deliberación estratégica para todos los partidos que perdieron la elección presidencial.











