El sistema bancario boliviano logró cerrar 2025 con una situación financiera estable, pero los expertos advierten que los mayores riesgos podrían aflorar en 2026 debido a que problemas como la escasez de divisas, la mora reprogramada y el deterioro macroeconómico fueron solo "diferidos" y no resueltos.
Si bien la banca registró un crecimiento de la cartera crediticia del 3,6% interanual y una reducción de la mora al 3%, los analistas coinciden en que esta aparente fortaleza es engañosa y que el 2026 será un año decisivo para determinar si las medidas de alivio fueron una solución real o simplemente una postergación del problema.
Uno de los principales riesgos señalados es el aumento de la mora en la cartera reprogramada, que ya alcanzó el 13,6% a septiembre de 2025, lo que evidencia la fragilidad financiera de muchos prestatarios pese a los diferimientos otorgados. Además, la persistente escasez de divisas y el deterioro macroeconómico podrían presionar aún más la liquidez y solvencia del sistema.
Pese a las utilidades récord registradas por los bancos en 2025, los expertos advierten que estos resultados no reflejan una economía sana, sino más bien una "estrategia defensiva" de las entidades financieras, que han priorizado el menor riesgo y mayor liquidez ante el entorno adverso.
Para el exdirector del Banco Central, Walter Morales, la sostenibilidad del crecimiento de los depósitos dependerá críticamente de la confianza del público, que es hoy el activo más sensible del sistema bancario boliviano.












