China, India y Pakistán, potencias clave en Asia, han hecho un llamado unánime a la contención y el diálogo frente a la escalada de tensiones entre Rusia y Ucrania, luego del supuesto ataque de drones contra la residencia del presidente ruso Vladimir Putin.
Tras la denuncia del Kremlin sobre este presunto incidente, que Kiev niega tajantemente, los gobiernos de Beijing, Nueva Delhi e Islamabad han emitido comunicados instando a evitar una mayor escalada del conflicto y a priorizar los esfuerzos diplomáticos.
China, a través de su portavoz de Exteriores, Lin Jian, hizo un llamado directo a "evitar a toda costa que el conflicto se desborde", advirtiendo que este tipo de incidentes no deben convertirse en "la excusa perfecta para una escalada de hostilidades".
Por su parte, el primer ministro indio, Narendra Modi, recordó que la diplomacia sigue siendo "la única vía de escape viable", pidiendo mantener el foco en los avances logrados en las últimas semanas.
Desde Pakistán, el primer ministro Shehbaz Sharif calificó el supuesto suceso como un "acto atroz" que atenta contra la estabilidad global, expresando su preocupación por la seguridad de un jefe de Estado en momentos en que los canales de negociación parecían mostrar señales de vida.
Los líderes asiáticos coinciden en que, con o sin drones en el cielo, la prioridad debe ser el diálogo, conscientes de que la estabilidad de su propia región depende, en gran medida, de que el conflicto en el norte de Europa no termine de salirse de control.
