El canciller ucraniano, Andrii Sibiga, aseguró que Rusia no ha entregado "pruebas plausibles" que respalden su afirmación de que Kiev lanzó un ataque a gran escala con drones contra una de las residencias del presidente Vladimir Putin. "No se produjo ningún ataque de ese tipo", afirmó Sibiga.
Rusia acusó el lunes a Ucrania de haber atacado de madrugada con 91 drones una residencia oficial de Putin situada en la región de Nóvgorod, entre Moscú y San Petersburgo. Sin embargo, el Kremlin se negó a presentar pruebas del supuesto ataque, alegando que todos los drones "fueron derribados".
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, calificó las acusaciones de "mentira", destinada según él a preparar nuevos ataques contra Kiev y a "socavar" los esfuerzos diplomáticos entre Ucrania y Estados Unidos.
El Kremlin, por su parte, aseguró que su postura en las negociaciones sobre el conflicto en Ucrania sufriría un "endurecimiento" como consecuencia del supuesto ataque. Sin embargo, el portavoz de la Presidencia rusa, Dmitri Peskov, no reveló cómo se revisará exactamente la postura negociadora, señalando que esto "no se hará público".
Pese a este revés en las conversaciones de paz, Peskov insistió en que Rusia continuará el diálogo, en primer lugar, con los Estados Unidos. Lamentó además que muchos medios occidentales le "siguen el juego" al presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, quien "intenta negar" el ataque a la residencia del jefe del Kremlin.
La falta de pruebas presentadas por Rusia y las contundentes declaraciones del canciller ucraniano ponen en duda la veracidad de las acusaciones rusas, alimentando la sospecha de que se trata de una maniobra propagandística destinada a justificar un endurecimiento de la postura de Moscú en las negociaciones de paz.











